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En una sartén con un poco de aceite salteamos ligeramente el bacalao, sazonado con pimienta y nuez moscada rallada. Añadimos la harina, removiéndola bien hasta que se cocine y tome un color marrón. En ese momento, comenzamos a añadir leche templada poco a poco sin dejar de remover. Ya saben: cuanta más paciencia y más tiempo estemos realizando esta operación, más cremosa saldrá la bechamel. Conseguida la textura deseada, añadimos dos cucharadas de salsa de tomate y un pellizco de pasta de chile y mezclamos bien. Filmamos y enfriamos un par de horas en la nevera. Hecho esto, formamos las croquetas, en esta ocasión en pequeñas bolas, añadiendo a cada una una pequeña porción de gorgonzola. Las pasamos por huevo y pan rallado y las freímos. Podemos divertirnos con la presentación, haciendo brochetitas de tres croquetas y medio tomate cherri y acompañándolas con toques de wasabi, alioli y unas hojas de albahaca fresca.
300 gr de bacalao desalado y desmigado
100 gr de queso gorgonzola
Aceite de oliva
Sal
Pimienta blanca
8 cucharadas de harina
Nuez moscada
Leche
Salsa de tomate
Pasta de chile (opcional)
2 huevos
Pan rallado
8 tomates cherry
Alioli
Wasabi
Albahaca fresca.
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