El colesterol, los triglicéridos, los kilos de más, la tensión… Cada vez que nos tenemos que hacer un análisis de sangre nos ponemos a temblar. Porque inmediatamente llegan las prohibiciones del médico. Pero calma. El sistema no es dejar de comer un buen chuletón de buey o un jugoso entrecot para siempre, no volver ni a ver en pintura un buen embutido, ni salir corriendo cuando le ponen a uno un postre dulce en la comida del domingo. Lo ideal, lo sano es mantener una dieta más rica en pescado, frutas y verduras; y comer al estilo de la comida tradicional, es decir, visitando el mercado de vez en cuando, eligiendo productos de temporada, más frescos y, por cierto, baratos, y elaborar nuestra comida en casa, es decir cocinar. O sea, tirar de cuchara, de los guisos de siempre, de legumbres, ojo, sin sacramentos, que salen unas estupendas lentejas y alubias sin meterles medio cochino. Todo ello permite un mejor control sobre las grasas ingeridas y evita el consumo de comida precocinada, que sí, que es muy útil, pero que es un vehículo perfecto para el descontrol nutricional: azúcar, grasas, aditivos y sal, mucha sal. Y hablando de la sal, aleje el salero. Los productos naturales tienen su propio contenido en sal y en otros saporizantes. Solo hay que saberes sacárselos… cocinando. Por ejemplo, concentrando caldos para conseguir salsas tipo demi-glace, recuperando el sabor que solemos dejar olvidado en el fondo de las sartenes y cazuelas, desglasandolas con vino. Podemos aligerar platos utilizando con más frecuencia el horno, en lugar de la freidora. Unos chips de berenjena en el horno no tendrán nada que envidiar a los fritos. Podemos sustituir la nata de una salsa por leche evaporada; podemos utilizar salsas de yogurt para aliñar ensaladas, en lugar de mahonesas o demasiado aceite… en definitiva, podemos cocinar.
Ponemos el conejo salpimentado junto con los ajos un poco aplastados y las hojas de laurel en un bol. Tapamos con papel film y reservamos. Ponemos abundante aceite en una sartén amplia y confitamos a fuego bajo las patatas, peladas y cortadas en gajos. ...
La gastronomía, considerada como el conjunto de los aspectos históricos, sociales, económicos, nutricionales, científicos y técnicos relacionados con la alimentación humana no se entiende sin la existencia de una labor de estudio y análisis y de difusión ...
La carne de conejo tiene un muy bajo contenido en grasa. Para potenciar su sabor se puede marinar la carne con hierbas aromáticas (tomillo, romero, laurel...), especias e incluso vino tinto unas horas antes de cocinarla para que resulte más jugosa
Pelamos las cebollas y patatas, al calabacín le quitamos ambos extremos; a continuación cortamos estos ingredientes a rodajas, siendo las patatas más gruesas que el resto. Ponemos ...
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