Frutas confitadas

Para realizar este postre ideal para los niños más golosos, hay que comenzar haciendo un almíbar de azúcar, para ello hay que poner al fuego en una cacerola profunda 250g de azúcar fina en 30 cl de agua y llevarlo a ebullición lentamente. Dejar que rompa a hervir durante 2-3 minutos: el almíbar tiene que ponerse ligeramente espeso.

Colocar las frutas bien lavadas en una cesta o un colador de metal y sumergirlas en el almíbar, fuera del fuego. Procurar que todas las frutas queden bañadas completamente y dejarlas macerar así durante 24 horas.

A la mañana siguiente, escurrir las frutas y apartalas. Añadir 60g de azúcar al almíbar. Llevarlo lentamente a ebullición y dejarlo hervir un minuto. Verter el almíbar sobre las frutas y dejarlas macerar 24 horas.

Repetir esta operación los siguientes tres días: cada día añadir 60 g de azúcar al almíbar, dejar que hierva un minuto y dejarlo macerar otras 24 horas.

Al sexto día escurrir las frutas, añadir 100 g de azúcar al almíbar, llevarlo a ebullición, verter las frutas en él y dejarlas hervir tres minutos. Apagar el fuego y dejarlas reposar 48 horas más.

Repetir la operación: añadir 100 g de azúcar, dejar que hiervan las frutas en el almíbar tres minutos y después dejar que reposen 48 horas.

Finalmente, escurrir las frutas del todo con la ayuda de una espumadera y después ponerlas sobre una rejilla fina. Dejarlas secar.

Conserva las frutas en un tarro o en una caja hermética, al abrigo de la luz y de la humedad.