Falso gazpacho de mango y almendras

Antes de nada, lo primero es meter un litro de agua en el congelador. Ya veremos después para qué.

Entre tanto pelamos el mango y lo partimos en trozos no muy grandes. Procedemos de la misma forma con el tomate, los pimientos, la cebolla y el pan duro, al que previamente habremos quitado la corteza. Ponemos todos los ingredientes, incluidos el aceite, el vinagre y las especias, en la batidora y trituramos hasta que quede como una pasta o una mahonesa espesa.

Ya tenemos preparada la base para el plato, ahora probamos y rectificamos a nuestro gusto si hace falta.

Incluso, los que prefieran sabores realmente fuertes pueden comerlo de esta guisa. Pero para algo hemos puesto el agua a enfriar en la nevera. Así que lo que vamos a hacer es sacarla de allí y rebajar la pasta con ella para darle una consistencia más líquida y el frescor necesario para que justifique el nombre que le hemos dado a este plato.

Ya tenemos la sopa lista para tomar, y en total hemos tardado entre veinte y veinticinco minutos. Ahora podemos refrescarnos con ella, tal cual, o darle algún toque de gracia y originalidad.

En este aspecto el gazpacho -o ajoblanco- es bastante agradecido, y aunque aquí recomendamos algunas sugerencias, recuerde que no son una obligación, más bien un par de ideas como punto de partida para las suyas.